¿Por qué tengo que hacer una novena para quitarme una brujería?
Pregunta: Hace poco me hice una consulta con una persona que trabaja con el péndulo (nada que ver con brujos o santeros). Me dijeron en la limpieza que tenía algo pegado en mi aura. Me hablaron en específico de un muerto (desencarnado) que me enviaron con un trabajo de brujería. Como parte del proceso de limpieza me indicaron hacer una novena a los Ángeles o a San Benito Abad, pero yo no practico el catolicismo, no creo en religiones, y no me siento bien con esas oraciones. ¿Por qué tengo que rezar?
RESPUESTA A LA CONSULTA
Para comprender mejor las razones por las que es bueno hacer novenas, vale entender su origen.
La novena (del latín novem) consiste en orar durante nueve días consecutivos ( o durante nueve horas), generalmente para confiar una intención a Dios o a seres de luz para pedir una gracia particular. Esta forma tradicional de oración, muy popular y fomentada por la Iglesia desde la Edad Media, recurre generalmente a la intercesión sea de la Virgen María, de los Ángeles o de un santo.
La duración tradicional de nueve días se basa en el tiempo en el que se dice que transcurrió la preparación de los apóstoles para recibir el Espíritu Santo y simboliza un periodo de fe y reflexión que busca profundizar la relación con lo divino. Son días en los que se hacen oraciones normalmente de forma consecutiva — así como los nueve días de duelo que siguen a la muerte de una persona o los nueve días de Misas por una intención. Pero también pueden ocurrir en intervalos.
No es un requisito estricto que una novena dure solo nueve días; si bien es el ideal, se puede adaptar el periodo a cinco días, tres o incluso a ocho o siete días.
Ahora bien, hablemos de su verdadero vínculo con el catolicismo y veamos cómo ayudan las novenas cuando hay envíos energéticos (así es como se llaman eso que coloquialmente se señala como brujería); y cómo su práctica no necesariamente son cuestiones de religiosos. Algo que muchos cuestionan porque no se sienten afectos a la Iglesia Católica y consideran que es una práctica muy pisciana (de la Era de Piscis). Aparentemente no compatible con esta Era de Acuario.
La realidad es que el cristianismo solo heredó estas costumbres.
Desde tiempos inmemoriales, en muchas culturas, repetir oraciones, cantos u ofrendas durante nueve días era una manera de abrir portales, cerrar ciclos y acompañar procesos de vida y muerte. Los romanos realizaban los novendialia, ritos de nueve días para honrar a los difuntos y proteger a la comunidad después de acontecimientos celestes.
Los griegos, por su parte, relacionaban el nueve con las Nueve Musas, símbolo de sabiduría y creatividad. En la tradición nórdica, Odín permaneció nueve noches colgado del árbol del mundo para obtener las runas, revelando el nueve como número de sacrificio y revelación.
En América prehispánica, los antiguos nahuas y mayas consideraban que el alma atravesaba nueve niveles del inframundo antes de alcanzar la trascendencia, y las ceremonias de nueve días ayudaban a guiar ese tránsito. En los Andes, también se han encontrado rastros de rituales de nueve días para honrar a los ancestros y sellar transiciones de energía.
El hinduismo celebra el Navaratri, nueve noches dedicadas a la diosa Durga en sus diferentes aspectos, como si cada día fuera un peldaño hacia la renovación espiritual. En el budismo, los ciclos de nueve días se usan en retiros y prácticas meditativas para limpiar la mente y abrir la conciencia.
EFECTOS DE UNA NOVENA EN EL AURA
Se entiende entonces que la fuerza de las novenas radica en la repetición constante, en la disciplina y en el simbolismo universal del fin de un ciclo y apertura a otro. En consecuencia, más allá de su relación con lo religioso, nos recuerda que la persistencia en el tiempo crea caminos invisibles en el espíritu. Es un viaje de varios pasos donde cada día, con intención, vamos sembrando transformación.
La actividad tiene un efecto significativo en el aura, pues ayuda al desbloqueo del chakra corona (sobre la cabeza) que es el que facilita la conexión con energías superiores.
El desbloqueo de ese centro es fundamental para la intercesión (ayuda) que se está pidiendo a niveles superiores. Es por ese canal que los seres de luz, desde altas dimensiones, pueden insuflar energías que ayudan a disolver o retirar al desencarnado o las energías densas conectadas al campo energético. De ahí que las novenas sean fundamentales para la limpieza.
Además de desbloquear el chakra corona, el rezo constante que se hace en esos días eleva nuestra vibración. Mientras más tiempo se está en oración, más rápido gira el aura.
A medida que el campo gira más rápido se pone por encima del nivel vibratorio de los desencarnados, que suelen moverse en una medida vibratoria determinada (por debajo de los las 10.000 unidades Bovis). Y si nuestra aura se mueve a una mayor velocidad, también aumenta la capacidad evitar que otra entidad de baja vibración se pegue.
Justo aquí está la clave de la respuesta a la consulta, pues muestra la importancia de las novenas en el proceso de limpieza del aura. Se entiende así que no es cuestión de religión, sino de trabajar en acondicionar el campo energético y despejar las cargas negativas a través de la vibración. Es como una sacudida que abre el espacio para recibir ayuda espiritual.
Como ya hemos indicado en artículos de Argos en la Red, este proceso de limpieza debe acompañarse de otros ejercicios, entre ellos baños con sal marina y cristaloterapia.
Nota: Esta sección se escribe con base a consultas y preguntas frecuentes que envían los lectores de Argos y cuya respuesta es útil para el conocimiento de todos, sobre todo de aquellos que hayan tenido experiencias semejantes y tengan dudas respecto al tema.
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